DE UNA SOLA VOZ A UN CORO DE MAÑANERAS: EL CAMBIO EN LA COMUNICACIÓN PRESIDENCIAL
Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la conferencia matutina, conocida como “la mañanera”, se convirtió en el eje central de la comunicación presidencial. Desde ahí, el mandatario fijaba la agenda pública, respondía a los medios y ejercía un control casi total sobre el discurso gubernamental. Su estilo directo, confrontativo y con una fuerte carga ideológica marcó una nueva forma de comunicación política en México.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, el panorama ha cambiado. Aunque la mandataria mantiene el formato de la mañanera, su enfoque es más técnico y menos polarizante. Además, a diferencia de López Obrador, cuya voz era prácticamente la única en la comunicación oficial, ahora la Cámara de Diputados, el Senado y varios gobernadores han adoptado su propia versión de estas conferencias. Esto ha generado una diversificación del discurso gubernamental, con distintos actores tomando protagonismo en la comunicación pública.
Gobernadores como Cuitláhuac García de Veracruz han sido de los primeros en replicar el modelo de conferencias de prensa presidenciales. Otros, como Layda Sansores de Campeche, han transformado el formato en programas de revista, como “El Martes del Jaguar”. Además, alcaldes en diversas entidades han seguido este ejemplo, adaptando las mañaneras a sus contextos locales.
Mientras que en el pasado todo giraba en torno a la narrativa de Palacio Nacional, hoy el gobierno enfrenta un reto distinto: coordinar múltiples voces sin perder cohesión. Algunos ven esto como una apertura democrática; otros, como una pérdida de control sobre el mensaje oficial.
¿Es este un paso hacia una mayor transparencia o simplemente el inicio de una comunicación más fragmentada?